Francisco Valverde nació en Cuernavaca, Morelos, en el año de 1972. Hijo de padre cubano y madre mexicana; Valverde inició su carrera pictórica como artista figurativo. Fue maestro de pintura en la Licenciatura en Artes Visuales en el Centro Morelense de las Artes (CMA). Inspirado por las inquietudes creativas e individuales de sus alumnos, Francisco inició la búsqueda de un nuevo lenguaje y propuesta plástica. Valverde comenzó a trabajar en grandes formatos, utilizando botellas de plástico, rellenas de color y materiales sintéticos, dejando atrás los pinceles, brochas y técnicas tradicionales. Su búsqueda era lograr recrear el elemento primordial de la pintura y dibujo: la línea. Los primeros resultados fueron líneas imperfectas que negaban la representación clásica de la línea como herramienta clásica o virtuosa. Las primeras pinturas resultaron en estructuras rítmicas en la que cierto orden había logrado concretarse. Este fue el inicio de un nuevo camino. La obra de Francisco Valverde utiliza materiales plásticos para construir superficies complejas y tridimensionales. Sus pinturas contienen poderosas líneas con una dirección, fondos sugestivos, distintas profundidades y misteriosas formas que logran narrar una historia. Obsesión y libertad son dos palabras que Francisco utiliza para describir su obra: la obsesión de la rutina diaria y la libertad experimentada siendo niño al dibujar, rayar o marcar en una hoja de papel por primera vez. Valverde reconoce un cierto compromiso o reconocimiento a la tradición pictórica en los acabados finos y sutiles de sus pinturas. Sus obras también recuerdan al artista los colores y brillos de los dulces que solía tener a su alcance siendo un niño, en ferias y mercados locales.